Molons explica cómo es su experiencia como voluntario y cómo están luchando contra la soledad no deseada en un momento en el que el confinamiento dificulta su actividad.
¿Cómo empezaste con la entidad?
Me apunté porque un compañero mío empezó en Amics de la Gent Gran, me explicó su experiencia y me animé yo también.
¿Habías hecho algún tipo de voluntariado previamente?
Antes de entrar aquí colaboré 6 años con Disa Nou Barris, que es una distribuidora de alimentos para la gente más necesitada. Al principio se inició en las parroquias y a medida que se fue haciendo grande nos establecimos como una entidad.
¿Cómo colaboras con Amics de la Gent Gran?
Mi tarea es llamar a la gente mayor. Una vez a la semana voy a la sede de la entidad, en la calle Grassot, y llamo a gente mayor del barrio de Horta-Guinardó y Nou Barris. Por un lado, los llamamos para preguntar cómo están, gestionar si ya tienen algún voluntario y que no se sientan solos. Por otra parte, los informan de actividades y salidas que hacemos por si se quieren apuntar.
¿Qué es lo que más te gusta?
Hablar con la gente, ver que está muy agradecida cuando la llamas. Muchas de estas personas viven solas o como mucho con su pareja. Se ponen muy contentas cuando llamas y les preguntas cómo les va y yo también disfruto viendo cómo están de contentas. Te cuentan lo que les pasa en su día a día, sus dolencias o simplemente tienen ganas de hablar porque no reciben muchas llamadas o no tienen muchos familiares que les puedan hacer compañía.
¿Cómo es tu relación con estas personas?
Somos amigos a distancia. Ellos están muy satisfechos de hablar conmigo y también me preguntan como estoy yo. Al final es como un vínculo muy bonito entre ambas partes.
¿Los has podido conocer en persona?
Gracias a las salidas que hacemos nos hemos puesto cara. Con alguna excursión a la Sagrada Familia o el Museo de la Música hemos podido compartir momentos juntos. Al principio no saben quien soy porque sólo conocen mi voz, pero luego acabamos siendo todos amigos.
Ahora no se pueden hacer visitas presenciales. ¿Cómo mantenéis el contacto para que la gente no se sienta sola?
Hacemos llamadas más a menudo. Si antes hacíamos llamadas cada 8 días ahora las hacemos cada tres.
¿Cómo lo está viviendo la gente mayor?
Te encuentras de todo. Gente muy fuerte de espíritu y gente que está más fastidiada y necesita muchos ánimos para seguir adelante. Hace unos días hablé con una señora que vivía sola con 85 años. Me dijo que físicamente se encontraba bien, pero moralmente estaba muy aplastada porque su hermana mayor se estaba muriendo y un cuñado y un sobrino suyo también.
Por desgracia hay malas noticias, pero hay otras personas que están mejor. Una mujer que no podía salir de casa estaba muy agradecida por la chica que le hacía la compra. Esta gente viene una hora y media dos veces a la semana y aunque el objetivo es que hagan la compra, indirectamente también hacen un poco de compañía.
¿Afecta igual a una persona de 70 años que a una de 90?
Es curioso, pero en mi caso me he encontrado personas que son muy grandes de más de 90 años que no tienen mucha angustia y persona más jóvenes (cuando digo jóvenes me refiero alrededor de los 70 años) que tienen más miedo y lo llevan peor.
¿Qué le dirías a toda la gente que aún no conoce esta nueva campaña?
Que le den un vistazo por la web o por las redes y que si alguien se quiere apuntar bienvenido será. En estos momentos, debido a esta crisis sanitaria, cuantos más seamos mejor.
¿Y a la gente mayor?
Primero un mensaje de ánimos y que saldremos de esta y que si tienen algún problema que no duden en llamarnos y haremos todo lo posible para solucionarlo.