Las entidades sin ánimo de lucro deben contar con un buen asesoramiento que les permita escoger el seguro más adaptado a su actividad. En este artículo se enumeran siete recomendaciones prácticas para las organizaciones no lucrativas que desean contratar una póliza y no saben cuál elegir.

Contratar el seguro con una entidad del sector

El mundo de los seguros es muy técnico y amplio, por lo que es una buena idea contactar con alguna entidad especializada en seguros que asesore sobre la materia. Existen entidades del tercer sector que comercializan seguros para organizaciones del tercer sector. De hecho, desde Suport Tercer Sector ofrecemos este servicio.

Contar con un asesoramiento personalizado por parte de otra entidad del sector da un valor añadido al servicio ya que la entidad asesora es experta en asociacionismo y gestión de fundaciones y voluntariado, así que tiene una visión más concreta de las necesidades y particularidades de las entidades. Una empresa, en cambio, al no estar centrada en el tercer sector, posiblemente desconoce el día a día de una organización no lucrativa y está más alejada de sus singularidades.

Además, contratar un seguro a través de otra entidad no lucrativa es más coherente, ya que da un impulso al trabajo en red y fortalece el tercer sector.

Que sea innominada

Otro punto clave a la hora de contratar un seguro es que sea innominado. Es decir, que cubra un número determinado de personas sin necesidad de especificar sus datos.

El hecho de que el seguro no se vincule a una persona en concreto permite que la entidad se ahorre trámites de gestión y dinero, ya que no necesitará contratar nuevos seguros cada vez que una persona voluntaria sustituya a otra.

Es, por tanto, una característica a tener en cuenta por parte de entidades con personas voluntarias o que realizan actividades con menores de edad, entre otras. A pesar de tratarse de un seguro innominado, una cuestión a tener en cuenta es que se debe tener cobertura para todas las personas susceptibles de sufrir un accidente, por tanto, el número de personas potencialmente implicadas no puede sobrepasar el límite de personas aseguradas establecido en el contrato.

Evitar franquicias

La otra gran recomendación es la de evitar franquicias. La franquicia consiste en una cantidad fija o en un porcentaje que la aseguradora pacta con el asegurado/a en el contrato y que obliga a la persona o entidad asegurada a pagar un mínimo de dinero en caso de daño o accidente.

Por ejemplo, si una entidad sufre un accidente y los costes son de 300 euros, y su seguro tiene una franquicia de 200 euros, la compañía tendrá que pagar sólo 100 euros.

Si la entidad opta por un seguro sin franquicia, en caso de accidente, la compañía asumirá el 100% del coste; es decir, cubrirá el importe desde el primer euro.

Que nos cubra toda la actividad que hacemos esté donde esté

También es muy práctico para las entidades no lucrativas contratar un seguro que cubra todas las actividades que realizan, independientemente del lugar donde se organicen.

Este consejo es especialmente útil para las asociaciones y fundaciones que celebran actos, jornadas, excursiones o asambleas en lugares diversos. Por ejemplo, si se incluye esta cláusula en la póliza, las entidades estarán cubiertas tanto si organizan una caminata en la montaña como si realizan una salida a la playa.

Contratar una póliza que englobe toda la actividad de la entidad

Hay seguros de muchos tipos (de accidentes, de responsabilidad civil, de juntas directivas, de voluntariado…) y muy a menudo es necesario contratar a más de una. Para simplificar el trabajo de las entidades, es recomendable contratar una póliza que abarque toda la actividad de la organización.

En vez de contratar un seguro de responsabilidad civil por un lado y de accidentes por otro, es más cómodo optar por uno que tenga en cuenta todas las necesidades legales de la entidad.

Comprobando que las coberturas coinciden con lo que piden las normativas vigentes

Por otra parte, es necesario que la persona que se encarga de contratar el seguro para la entidad tenga claras las obligaciones legales a las que se somete la entidad en cuestión en el ámbito de los seguros.

Es necesario revisar las normativas que rigen las entidades en función de su ámbito de actuación o su ubicación territorial para comprobar que las coberturas del seguro coinciden con las normativas vigentes.

Por eso, tal y como se mencionaba en el primer punto de este listado, es necesario contar con un buen asesoramiento jurídico antes de elegir el seguro.

La consideración de los terceros

Por último, pero no menos importante, es recomendable que la póliza de responsabilidad civil considere a todas las personas de la entidad como terceros/as. Es importante que se incluyan los diferentes colectivos con los que la entidad tenga una relación habitual.

Los seguros del sector suelen contar con cláusulas que interpretan el concepto de “terceros/as” de forma más amplia y global que en otros seguros más convencionales.

Fuente: Suport Tercer Sector / Xarxanet

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