La persona de referencia: clave para un espacio laboral seguro frente al acoso

La persona de referencia es la encargada de informar, asesorar y acompañar en todo el procedimiento a la víctima de acoso. Esta persona debe tener conocimientos específicos en esta materia, por este motivo debe disponer de una formación especializada en acoso sexual y/o por razón de sexo en el ámbito laboral. Aunque la normativa no obliga a las entidades a asignar este rol, es muy recomendable que lo hagan, ya que ayudará a tener un puesto de trabajo seguro para todas las personas que forman la entidad.

Las personas trabajadoras pueden acudir a ella cuando se produzca una situación de acoso sexual y/o por razón de sexo, tanto la persona afectada como cualquier persona que detecte una situación de acoso dentro de la organización.

¿Cuáles son las principales funciones que desarrolla?

Las principales funciones que debe desarrollar la persona de referencia son las siguientes:

• Recibir la comunicación de la denuncia, ya sea directamente por parte de la persona afectada o por parte de cualquier otra persona que detecte una conducta de acoso.

• Informar y asesorar a la persona afectada respecto a sus derechos, las obligaciones y responsabilidades de la entidad, cuyos recursos dispone la víctima en cuanto a la asistencia jurídica, sanitaria o económica, e informar sobre el procedimiento establecido en el protocolo de acoso.

• Acompañar a la persona afectada en todo el proceso.

• Apoyar a la víctima en la redacción de la denuncia.

• Evitar la victimización secundaria de las víctimas y establecer medidas para impedir la reproducción de estereotipos sobre las mujeres.

• Proponer la adopción de medidas cautelares o preventivas.

• Gestionar y custodiar la documentación, si existe, en la fase de comunicación y asesoramiento, garantizando la confidencialidad del conjunto de documentos e información que se generan en esta fase.

• Participar en acciones de prevención contra el acoso dentro de la entidad, como las sesiones de difusión y sensibilización.

La persona de referencia debe seguir unas pautas de actuación para la atención de las víctimas que se basan principalmente en practicar la escucha activa. Por tanto, siempre que se detecte una situación de acoso, la persona de referencia debe actuar de la siguiente manera:

• Prestar atención a la persona que explica la situación y aporta información, sea ésta la víctima o no.

• Repetir los puntos clave de lo que está explicando la víctima y que tiene importancia para ella.

• Sólo interrumpir la explicación en caso de pedir aclaración si no se entiende algo.

• Respetar el silencio, hacer uso de un tono de voz tranquilo y adecuado al ritmo de la persona.

• Reforzar lo que dice la víctima con expresiones como «entiendo» o «es normal que estés asustada».

• Se pueden realizar breves resúmenes de lo que se está explicando para comprobar que se ha entendido bien el mensaje.

También se establecen conductas no recomendadas para la persona de referencia en lo que se refiere al trato de la persona afectada, como las indicadas a continuación:

• Desviar la mirada.

• Mostrar incomodidad o nerviosismo mientras se escucha lo que se está contando.

• Tener una postura defensiva como brazos cruzados, piernas cruzadas, etc.

• Dar consejos, sobre todo si no son pedidos.

• Emitir juicios.

• Curiosear.

Fuente: redactado por el equipo de Suport Tercer Sector para Xarxanet.