En este artículo compartimos una recopilación de los principales contenidos que explicó nuestra técnica de Igualdad y Diversidad, Aroa Abellán, en la formación ‘La perspectiva de género en los proyectos y actividades de las entidades’. Al final del artículo encontrarás un enlace a la presentación que se utilizó para realizar la formación.
Si quieres recibir asesoramiento gratuito en materia de igualdad de género y diversidad sexual, visita la Oficina técnica para la equidad de género y la diversidad sexual.
Género
El género debido a su componente sociocultural:
- No es innato ni universal, como el sexo, sino que varía en función de cada sociedad. En este sentido, por ejemplo, no tiene las mismas implicaciones ser mujer en nuestra sociedad actual que serlo en la época romana.
- Asigna roles, espacios, características e identidades distintas para cada persona en función de su sexo biológico. Se aprende por medio de los procesos de socialización (en el seno de la familia, las amistades, la escuela, los medios de comunicación, etc.).
- Determina comportamientos en todos los ámbitos de la vida: laboral, vínculos, pareja, sexualidad, ocio, participación social y política, etc.
- En nuestra sociedad existe una clara jerarquía entre los géneros, donde el poder y el reconocimiento social se asignan a lo que se considera masculino en detrimento de lo femenino. Así, las funciones, expectativas, tareas a realizar, responsabilidades a asumir y las construcciones culturales en torno a cada uno de los géneros llegan a determinar que las mujeres no tengan el mismo acceso, reconocimiento y posibilidades de participación que los hombres en todos los ámbitos de la vida social, política, económica y cultural.
Construcción de género
La construcción del género se produce a través de:
- La familia o núcleo cercano: el primer medio social que transmite modelos de referencia sobre las tareas y funciones. Los niños y niñas van asociando todo lo que corresponde de forma ‘natural’ a cada género y construyen su identidad de género.
- Grupos de iguales, amistades y compañías: la influencia de estos grupos es mayor durante la etapa de la adolescencia. Existe una gran necesidad de formar parte de un grupo y esto ayuda a afianzar actitudes ‘rudas’ o agresivas para los chicos, y la necesidad de tener un físico que se adecue al modelo de belleza hegemónico, en las chicas.
- El sistema educativo: es el agente socializador activo que prepara al alumnado para la vida adulta en todos los ámbitos, en general, y para el mercado laboral, en particular. La educación potencia la capacidad de cuidado de personas, la empatía y la solidaridad para las chicas; y la iniciativa, la racionalidad y la competencia para los chicos.
- Los medios de comunicación y las redes sociales: habitualmente, se utiliza un lenguaje sexista y se transmiten contenidos basados en el protagonismo de los hombres y la infrarrepresentación de las mujeres. Los hombres desempeñan un papel individual como líderes de la economía o la política, héroes de los deportes, expertos y con prestigio. Por el contrario, las mujeres están representadas como víctimas, madres e hijas u otra relación de parentesco (en la mayoría de los casos, respecto de un hombre); o bajo otros estereotipos como el de ambiciosas, ‘superwoman’ o el de objetos sexuales, de deseo o simples elementos decorativos.
Perspectiva de género en los proyectos
La perspectiva de género es la metodología de trabajo y los mecanismos que permiten identificar, cuestionar y valorar las discriminaciones, desigualdades y exclusiones hacia las mujeres, así como las vías para transformarlas y erradicarlas.
La aplicación de esta metodología en los proyectos consiste en entender que las necesidades y experiencias de todas las personas son igual de valiosas , independientemente de su género. Cuando este hecho se ignora, se producen desigualdades a consecuencia de prejuicios, reparto estereotipado de tareas y relaciones de poder injustas.
Hay que tener en cuenta que cada proyecto es diferente y, por lo tanto, habrá que decidir cómo mejorarlo: ampliar los objetivos, modificar las dinámicas de trabajo, revisar las tareas, etc.
Además de la obligación y las demandas de las administraciones (y de las herramientas técnicas a disposición), el requisito imprescindible para introducir la perspectiva de género en un proyecto es ser consciente de que la desigualdad de género es un problema social que tiene impacto en los proyectos de las entidades y es necesario tener el compromiso real de abordarla.
Para ampliar conocimientos te recomendamos los siguientes recursos:
Otros contenidos relacionados:
- Todo lo que hay que saber sobre la comisión negociadora de los planes de igualdad
- ¿Cuáles son las obligaciones normativas en materia de igualdad de género que debes tener presente?
- Empecemos las formaciones de los protocolos para la erradicación de las discriminaciones LGTBIQA+
- ‘En el tercer sector, más iguales’: formaciones para la equidad de las personas
Con el apoyo del Departament d’Igualtat i Feminismes: